La Plaza de la Virgen Blanca es el corazón de la ciudad. Por ella, se accede a tres de las calles que conforman el casco medieval que fueron trazadas en el siglo XIII con el primer ensanche de la ciudad por el Rey Alfonso X El Sabio.
A principios del siglo XIII se extiende por calles una gran variedad de gremios y comercios (cuchillería, zapatería, herrería...) delimitando estas calles con las murallas de la ciudad.
En 1917 se instaló el monumento conmemorativo a la Batalla de Vitoria y a los caídos dentro del marco de las guerras napoleónicas.
En 2008, por orden del ayuntamiento se convierte la plaza en un espacio diáfano y sin obstáculos, cambiando el pavimento y los jardines.
Y en 2012 se instala la escultura Green para celebrar el galardón de Vitoria como capital sostenible europea de ese mismo año.
Actualmente es el lugar de encuentro de la ciudad y que dispone de una gran variedad de bares y restaurantes donde probar comida típica de la región.